Vivienda social y escala infraestructural

El proyecto Plaza de la Hoja, resultado de un concurso público para la construcción de Viviendas de Interés Prioritario, forma parte del programa de ‘Vivienda Gratis’ del Gobierno Nacional dirigido a la población víctima del desplazamiento forzoso por el conflicto armado en Colombia. 

El conjunto está situado en un solar céntrico de propiedad pública que históricamente pertenecía a una gran franja de terreno vinculada al ferrocarril, en la intersección de la Avenida Carrera 30 y la Calle 19. Por disposiciones del Plan Director de Le Corbusier y los planes sucesivos, el área ha sido tradicionalmente destinada a la industria liviana y pesada, y a grandes equipamientos públicos, como la gran Plaza de Mercado, el Complejo Judicial, la Oficina Nacional de Inteligencia de Paloquemao, el Hospital Universitario y la sede del Centro Nacional de Enseñanza Técnica.

El conjunto se enfrenta al desafío de la gran escala urbana y a la proximidad de programas no residenciales de gran tamaño

Además, se localizan en el área un extenso proyecto de vivienda pública de los años 60 y el barrio Cundinamarca, de origen popular e industrial. Recientemente se ha transformado un elevado porcentaje de suelo industrial en residencial, y se han construido dos grandes superficies comerciales en solares públicos vacíos colindantes al proyecto, sobre la misma franja de terreno que en el pasado formó parte de la red ferroviaria. En consecuencia, las dimensiones de las manzanas y de las vías que rodean el proyecto son de gran magnitud, exceptuando el tejido del barrio Cundinamarca. 

Como respuesta a estas particulares condiciones urbanas, el proyecto se integra en el contexto y asume la escala de las grandes infraestructuras y equipamientos.

Manzana y patio

La implantación del conjunto residencial está condicionada por un estacionamiento subterráneo de autobuses, cuya cubierta se ha denominado Plaza de la Hoja. El proyecto se plantea como una edificación perimetral que ocupa el solar colindante a dicha plaza. Se proyecta así una manzana cerrada que se quiebra y adapta al solar, donde el límite entre lo público y lo privado queda definido por las fachadas que envuelven un patio interior abierto de uso colectivo, permitiendo la ventilación e iluminación natural de las viviendas. 

La volumetría resultante consta de una torre de diecisiete plantas, cuatro torres de trece plantas, un bloque de seis plantas que se conecta con dos de las torres de trece plantas que dan a la plaza, y seis bloques de cinco plantas que unen entre sí las demás torres, compartiendo las circulaciones y delimitando el vacío interior. Las torres más bajas miran hacia el barrio Cundinamarca, mientras que las más altas se orientan hacia la Plaza de la Hoja y la Avenida Carrera 30. El acceso por la plaza se realiza a nivel del segundo piso, debido a la altura de la cubierta del estacionamiento, mientras que el acceso desde la Carrera 32 se consigue por el primer piso de la intersección entre el bloque y las torres. Con ello, se logra dar vitalidad al espacio público en el área de encuentro entre el edificio y la calle. 

En definitiva, el proyecto es innovador por la forma de resolver su relación con el solar que ocupa, y especialmente por la variedad volumétrica que atiende a los complejos condicionantes urbanísticos del lugar.

Dados los condicionantes de las infraestructuras presentes, el proyecto adopta una configuración de manzana que permite la apertura interior hacia un patio común de grandes dimensiones

Circulaciones eficientes que fomentan la sociabilidad

El programa del proyecto incluye, además de los 457 apartamentos, un jardín infantil, dos módulos de aulas para el aprendizaje interactivo, tres locales comerciales, oficinas, estacionamientos en planta baja y una intervención artística en la plaza. Esta mezcla de programas presente desde la fase inicial del proyecto es una novedad reciente en la vivienda pública en Colombia. 

A través de la optimización distributiva de los apartamentos se consigue un mejor aprovechamiento de las circulaciones comunes, lo cual redunda en mayores posibilidades de encuentro entre vecinos dentro del conjunto

La distribución de los apartamentos en los bloques y torres es altamente eficiente, facilita el encuentro de los vecinos en los corredores, además de proporcionar iluminación y ventilación directa a todos los espacios interiores. La distribución del apartamento-tipo, de 50 m², consigue un gran ahorro de superficie de circulación al integrarla con la cocina, el lavadero y el baño, conformando un sólido paquete de servicios en el frente del corredor. De esta forma, se libera un área flexible en la que es posible contar hasta con 4 habitaciones, adaptables según las necesidades de sus habitantes. 

La repetición de esta única unidad de vivienda consigue generar una variedad de torres y bloques que imprimen al proyecto diversas situaciones espaciales, que se manifiestan tanto en su expresión urbana como en la configuración de su patio interior.

Texto por: Doris Tarchópulos