Vivienda y calidad del espacio público

La arquitectura de vivienda social moderna de los años 50 y 60 asumió un énfasis casi exclusivo en las unidades y agrupaciones de vivienda, relegando el espacio libre a un papel secundario, a veces residual, entendido como un manto continuo, extenso e indiferenciado, sobre el que se posan los objetos construidos. 

El Poblado Dirigido de Caño Roto ofrece una clara alternativa: el espacio libre se somete a una definición tan cuidadosa como las viviendas en su forma, dimensión y tratamiento material. Limitar la cantidad de suelo público (65% del total), definir claramente sus límites, fragmentar su disposición, son técnicas que en Caño Roto favorecen la proximidad y las relaciones entre las viviendas a través de los espacios exteriores, su control visual y confort de uso. 

El potencial del suelo público como espacio de relación entre las viviendas depende de la calidad de su definición formal y material, no de su cantidad

Las superficies que definen el espacio libre, fachadas exteriores y plano del suelo, se proyectaron con materiales diferenciados, relacionados por sus texturas y despieces: ladrillo, canto rodado, superficies de cemento y tierra para vegetación. Con ligeros retranqueos y cambios de cota estas superficies aprovecharon la topografía para introducir inflexiones en un espacio continuo y un cuidadoso tratamiento de los umbrales de acceso. 

Las recientes transformaciones volumétricas y de acabados no han alterado en lo fundamental los valores del espacio público de Caño Roto, cuya calidad y vitalidad siguen hoy plenamente vigentes gracias a la atención que recibieron desde el proyecto.

Cultivar las diferencias

El Poblado Dirigido de Caño Roto se distingue por su extraordinaria diversidad de tipos de vivienda y modos de agrupación, que corresponden a diversos modos de vida y posibilidades económicas y sociales: casas en hilera y en forma de ‘L’ con patio, torres y bloques de pisos con acceso por escalera, bloques de dúplex con acceso por corredor. 

Tan importante o más es cómo esa estrategia de diversificación, el ‘policultivo’ de tipos, se aplicó también a las configuraciones del espacio libre. Las más reconocibles en la ortodoxia moderna, como los espacios interbloque, bordes ajardinados y aparcamientos o zonas liberadas por torres, se combinan con las que se podrían adscribir a la tradición de la ciudad mediterránea, o a la que Manuel de Solà-Morales llamó ‘otra tradición moderna’, las plazas, calles y callejones, soportales, incluso los patios privados. 

A la variedad de situaciones contribuyen también los usos no residenciales, y particularmente los espacios de comercio y trabajo. En lugar de concentrarse en un centro cívico, éstos se fragmentan y reparten asumiendo diversas formas: plantas bajas y piezas exentas en distintos tamaños y situaciones, de borde o interiores, con frente a calles o pequeñas plazas. La heterogeneidad de formas, tipos y usos, junto a los buenos estándares de equipamiento y servicios, explican el éxito de Caño Roto. 

El cultivo de las diferencias es clave: sólo entre cosas distintas se producen los intercambios necesarios para que surjan nuevas ideas y oportunidades, la integración y la convivencia, en definitiva, lo mejor de la vida urbana.

Que convivan en proximidad diferentes tipos de vivienda y formas de espacio libre aporta riqueza, variedad y diversidad al barrio

Orden y escalas de relación

Los diversos tipos de vivienda y de configuraciones del espacio libre en el Poblado Dirigido de Caño Roto se combinaron con criterios claros que permitieron establecer orden y unidad en el conjunto. La traza estrictamente ortogonal, la repetición de soluciones y materiales, la orientación buscando el soleamiento del sur y la ubicación estratégica de las piezas altas para establecer referencias en los límites exteriores y entre agrupaciones de casas bajas, todo ello contribuye a la experiencia de un paisaje urbano tan variado como definido en sus pautas y organización.

El equilibrio entre variedad y claridad, entre repetición y diferencia, puede resolverse únicamente en la experiencia a pie de calle

Mención aparte merece el manejo de los cambios de escala en los espacios de relación, desde los más domésticos por la presencia de puertas de acceso directo a las casas en hilera y a las casas-patio, y las terrazas que se asoman desde ellas a la calle, hasta las plazas dominadas por edificaciones altas y sus huecos de ventanas y portales, o los pasajes y plazas abiertas de diversa forma y disposición. Los perfiles del barrio demuestran la cuidadosa articulación de las alturas y distancias entre construcciones, a la que el crecimiento de los árboles ha contribuido de manera decisiva. Esta estrategia basada en la variedad hace que recorrer hoy Caño Roto sea una experiencia en la que se equilibran orientación y descubrimiento, orden y sorpresa a pie de calle.

Texto por: Sergio Martín Blas, Isabel Rodríguez Martín